FORMACION DE LA BANDA 

Antes de que Los Iberos se convirtiera en una de las bandas de pop más icónicas del país, uno de sus fundadores, Enrique Lozano, había estado actuando en Londres y recorrido Europa con una orquesta, empapándose de las tendencias musicales del momento. 

A lo largo de esta aventura, Enrique Lozano quiso adaptar su repertorio y competir con los grupos que estaban conociendo. Sin embargo, sus compañeros de orquesta no compartían su visión, por lo que, una vez Enrique cumplió con sus obligaciones contractuales en Suiza, regresó a su punto de partida, Torremolinos, con el proyecto de buscar nuevos músicos y formar una banda musical con la que regresar a Londres.

Torremolinos era entonces un lugar de moda y chic, frecuentado por músicos, famosos y artistas de renombre.

Una vez en su destino, caminando por el pasaje Pizarro, Enrique buscó consejo sobre dónde encontrar buena música. Un joven local le sugirió que visitara el Top Ten. Allí Enrique se encontró con Adolfo Rodríguez, un músico de Ponferrada nacido en 1948, y compartió con él su deseo de formar un grupo y aprovechar los contactos que había establecido en su gira europea, pero esta vez como una banda independiente, reviviendo el nombre de Los Iberos. Adolfo quedó cautivado por la experiencia de Enrique y su ambicioso proyecto y conectaron de inmediato.

Juntos, Enrique y Adolfo emprendieron la búsqueda de talento para completar la banda. Encontraron a Cristo de Haro, bajista almeriense, y Paco Paco, a la batería. Debido al servicio militar de Paco Paco, Enrique propuso a Diego Cascado como su reemplazo.

Convencer a Diego Cascado no fue tarea fácil para Enrique Lozano, ya que en ese momento era parte de la banda Los Buitres. Sin embargo, finalmente, Los Iberos logró ficharlo.

En sus actuaciones en el legendario local Top Ten pronto destacaron y la banda Los Iberos se sumió en innumerables ensayos, encontrando rápidamente su sonido distintivo. 

Cristo de Haro, Adolfo Rodríguez, Enrique Lozano y Diego Cascado.

LLEGADA DE LOS IBEROS A MADRID: UN ENCUENTRO MUSICAL INESPERADO

El momento de dar un salto en su carrera había llegado para Los Iberos y deciden trasladarse a Madrid. Sin conocer exactamente cuál sería su próximo destino en la capital, tan pronto como aterrizaron, comenzaron a preguntar por un local con buena música, y les recomendaron el NikasAl llegar al local, una sorpresa les aguardaba, ya que se encontraron con una de las bandas con las que Enrique Lozano había compartido escenario durante sus giras por Europa estaba actuando en el local. El líder de la banda, al ver a Enrique Lozano, lo recibió con un cálido abrazo y ofreció a Los Íberos compartir el escenario y equipos musicales.

Esta inesperada camaradería con la banda que estaba contratada por el Nikas en ese momento hizo que Los Iberos se ganaran rápidamente el aprecio del público del local. Durante los días previos al inicio de su propio contrato, los camareros del local también se solidarizaron con Los Iberos, contribuyendo generosamente a regalarles las propinas necesarias para sufragar sus gastos mientras se preparaban para su primera presentación.

Este encuentro no solo allanó el camino para Los Iberos en Madrid, sino que también demostró que su talento y energía musical estaban destinados a abrir puertas y cosechar seguidores leales a lo largo de su emocionante viaje en el mundo de la música.

CONTRATACION POR TELEVISION ESPAÑOLA

En Nikas se congregaban las personalidades más destacadas del mundo musical de la época, incluyendo periodistas, productores y músicos de renombre.

Después de haber actuado durante un año y medio en salas y clubes a lo largo de toda España (Nikas permitía a Los Iberos compaginar su contrato con actuaciones en otros locales),  Los Íberos estaban decididos a dar el salto al extranjero, y aprovechar las valiosas conexiones que Enrique Lozano había establecido con la orquesta. Sin embargo, durante una de sus habituales actuaciones en Nikas, Fernando García de la Vega, quien en ese momento era un destacado realizador de televisión, les propuso grabar episodios del programa Escala en Hi-Fi durante un año en Televisión española.

En aquel período, solo existía un canal de televisión en España, y su aparición semanal en pantalla les catapultó a la fama en el país. Los Iberos destacaron por interpretar canciones extranjeras que aún no se habían escuchado en España. Cada semana, recibían grabaciones y maquetas y se enfrentaban al desafío de seleccionar una nueva canción, ensayarla en tan solo dos días y grabarla en otros dos, manteniendo un alto estándar de calidad en sus actuaciones.

A pesar de recibir numerosas ofertas discográficas para grabar en España durante este periodo, Los Iberos optaron por rechazarlas, manteniendo su determinación de grabar en Londres.

Enrique Lozano, Adolfo Rodríguez, Diego Cascado y Enrique Lozano.

ACCIDENTE EN VILLACASTIN

Cristo de Haro, Diego Cascado, Enrique Lozano y Adolfo Rodriguez.

Durante una de sus actuaciones, Emilio Santamaría, padre de Massiel y promotor musical, tuvo la fortuna de presenciar el talento de Los Iberos. En esa época, Massiel se preparaba para promocionar su primer disco y Emilio vislumbró una oportunidad en Los Íberos. Propuso a Los Iberos la posibilidad de ser los teloneros de Massiel y de compartir escenario en una serie de actuaciones. Este contrato no solo beneficiaría a Massiel en su búsqueda por darse a conocer, sino que también representaría una inversión en el futuro del grupo.

Un día de septiembre 1.967, tras una actuación conjunta con Massiel en Segovia que congregó a la élite política y militar de España, Los Iberos tomaron decidieron marcharse después del evento, a excepción de Massiel, que se retiraría más tarde en otro vehículo, y de Diego, que se quedó en la celebración.

Esa noche, el coche en el que viajaban Los Íberos y otro miembro del equipo técnico sufrió un grave accidente de tráfico. El conductor, Antonio, resultó gravemente herido, falleciendo horas más tarde. Enrique sufrió heridas de extrema gravedad, perdiendo todas sus piezas dentales y padeciendo un severo traumatismo craneoencefálico. El resto de los ocupantes sufrió heridas de menor consideración.

Este trágico episodio marcó un momento crítico en la historia de Los Iberos y dejó una huella imborrable en la vida de sus integrantes.

GRABACION DEL LP EN LONDRES

Tras la convalecencia de Los Íberos, de la que Enrique Lozano resurgió con secuelas psíquicas y deudas médicas, Los Iberos lograron un contrato como teloneros de Los Bravos, un momento que se erigió como un punto de inflexión en su trayectoria musical.

Después de la enérgica presentación de Los Íberos en el Club Caravelle, el público se entregó a ellos con interminables ovaciones, aplaudiendo sin cesar. 

La efusiva respuesta de la audiencia a Los Iberos, retrasó la entrada de Los Bravos, quienes en ese momento dominaban las listas de éxitos con su famosa canción Black is Black. La situación llegó a poner nervioso al fundador de Los Bravos, Mike Kennedy, quien debido a la impaciencia arrojó el micrófono al suelo.

Sin embargo, Los Bravos lograron recuperar su aplomo y ofrecieron una actuación sin contratiempos. Este caluroso recibimiento a Los Iberos resultó ser un momento crucial en su carrera, ya que les brindó la oportunidad que tanto habían anhelado: la oferta discográfica consistente en grabar un álbum completo en Londres.

La discográfica que hizo posible esta oportunidad fue Columbia, en colaboración con Decca y Chappel Studios. Por supuesto Los Iberos aceptaron la oferta. En esa época, el sindicato de músicos de Inglaterra impedía que músicos españoles grabasen en sus estudios, por lo que Adolfo y Enrique viajaron a Londres para grabar las voces junto a músicos de estudio. Los técnicos encargados del disco fueron Wayne Bickerton y Tony Waddington bajo la dirección de Ivor Raymonde.

El primer sencillo resultante de esta colaboración fue Summertime Girl seguido por Hiding behind my smile Posteriormente, lanzaron Las tres de la noche, Corto y ancho, Fantastic Girl, Why can’t we be friends, Mary and she, Amar en silencio, Liar Liar, Te alcanzaré, Back in time, y Nightime.

Cabe destacar que Enrique Lozano compuso varias de las canciones en español que formaron parte de este gran repertorio: Las tres de la noche, Corto y ancho, Te alcanzaré, y también Amar en Silencio, con la versión en inglés Golden Green eyes, compuesta junto a su primera esposa Wendy Griffin.

Enrique Lozano, Adolfo Rodríguez, Cristo de Haro y Diego Cascado.

Quique Santana

Se incorporó a Los Íberos en sustitución de Cristo de Haro

Pepe Castillo

Se incorporó al grupo en sustitución de Diego Cascado Sepúlveda

Adolfo Rodrígíuez, Quique Santana, Diego Cascado y Enrique Lozano

PELICULAS

UN, DOS, TRES, AL ESCONDITE INGLES (1969) LOS IBEROS EN EL CINE POP ESPAÑOL

Los Iberos tuvieron el privilegio de participar en la película Un, Dos, Tres, al Escondite Inglés, dirigida por Iván Zulueta. En esta producción, la banda interpretó la canción Hiding behind my smile.

Este film se ha consolidado como una joya del cine pop en España, ya que se distingue como la única película musical en la que la trama gira completamente en torno a las canciones y la estética de los años 60.

Como señaló Javier Ojeda en su obra La historia del Pop malagueño 1960-2009 «esta película es un hito en la cultura pop española que sigue inspirando a generaciones posteriores».

TOPICAL SPANISH  (1970): LA PELICULA CENSURADA QUE DESAFIO LA EPOCA 

Topical Spanish, dirigida por el renombrado fotógrafo Ramón Masats y con un guión firmado por Chumy Chúmez, fue una comedia que sufrió la censura de la época. La película narra la historia de unos seminaristas con un espíritu rebelde que no encajaba con la sensibilidad del régimen.

La producción de la película se llevó a cabo después de que Los Iberos sufrieran el accidente que transformó la vida de Enrique Lozano. Como resultado, Enrique fue reemplazado en la película por el actor Victor Petit

FIN DE LA BANDA

Después de completar la grabación del LP, Enrique Lozano sufrió una recaída en su salud, que se había visto debilitada por la falta de asistencia tras el accidente. Además, los miembros clave del grupo comenzaron a cumplir con el servicio militar, lo que hizo que la situación se tornara cada vez más complicada para la banda. El primero en partir fue Cristo, que fue reemplazado por Quique Santana, seguido de cerca por Diego Cascado, a quien sustituyó Pepe Castillo, un antiguo integrante de la orquesta Los Íberos y amigo de la infancia de Enrique. Como resultado, en muchas portadas y revistas aparecían ausentes Diego Cascado y Cristo de Haro.

En este período, las ganancias del grupo en sus actuaciones se dividían entre los miembros en activo y los que estaban cumpliendo con su servicio militar a partes iguales.

La partida de los miembros principales para cumplir con el servicio militar, impregnó de estabilidad a la banda y empeoró la salud de Enrique Lozano. El peso de liderar el grupo en medio de su lucha contra la enfermedad se volvió abrumador y su salud se deterioró considerablemente.

Enrique Lozano se vio obligado a abandonar la banda. El resto de los miembros del grupo llevaron a cabo algunas grabaciones entre 1971 y 1973 antes de que se produjera la disolución definitiva del grupo, entre ellas: Isabel, María, Tobias y Jon, Bajo el Álamo, y Mañana. Este capítulo final marca el cierre de una era en la historia de la banda.

LOS IBEROS TRAS LA BANDA

Adolfo Rodríguez, Enrique Lozano, Diego Cascado y Cristo de Haro.

Fotografía tomada en Teatro Cervantes de Málaga, en el homenaje a Los Iberos organizado por Javier Ojeda en 2011.